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Dos amables lectors
(de fet, un lector i una lectora) ens han fet saber
de l'existència d'unes anècdotes que apareixen
a Los caballos no compran periódicos (llibre
electrònic que es pot trobar a www.aparagon.es/cosas/LIBRO.pdf)
sobre la figura de Federico Jiménez Losantos.
Creiem que són molts interessants de cara a fer-se
una idea de l'esmentat periodista.
A continuació les reproduïm.
En primer lloc, Eloy Fernández Clemente, catedràtic
i fundador i director de la revista aragonesista Andalán,
relata el següent a la pàgina 83:
Nos vamos a vivir en Teruel, un sitio
absolutamente terrible. Le dije a Marisa nada más
llegar: aquí aún van ganando los alemanes
la Segunda Guerra Mundial. Hacíamos un periódico
en el Colegio Menor San Pablo. Alumnos míos:
Joaquín Carbonell, llevaba la bufanda del colegio
-medía dos metros- a medias con la que luego
sería su mujer y compositora de canciones inolvidables,
Pilar Navarrete. Ya llevaban la guitarra. Alfonso
Azuara Burguete, gran locutor deportivo, antes de
que empezara De la Morena, él era el gran rival
de García. Federico Jiménez Losantos,
con el que nos metíamos mucho: al ver la foto
de su padre -alcalde de Orihuela del Tremedal- con
Franco, que ponía su mano sobre la cabeza de
Federico, yo le decía "Federico, por eso
no has crecido, Franco era como Atila, donde ponía
la mano ya no crecía nada.
I, en segon lloc, Joaquim Ibarz, corresponsal
a Mèxic de La Vanguardia explica el següent
a la pàgina 91:
¿Cómo puede ser aragonés
si habla catalán?
Trabajando para el diario barcelonés
"Tele/eXpres", en los primeros años
de la transición posfranquista, se produjo
la polémica con Federico Jiménez Losantos,
entonces un oscuro profesor de Literatura en un instituto
de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Una editorial
catalana rechazó el libro "Lo que queda
de España", de Jiménez Losantos,
por poca calidad literaria. Entonces, el autor organizó
un gran escándalo, denunciando que se le vetaba
por una decisión política. Llevado por
un furibundo anticatalanismo, en su libro, Jiménez
Losantos criticaba y desautorizaba el incipiente estado
de las autonomías. Como el tema se puso de
actualidad, realicé una entrevista para el
semanario aragonesista "Andalán",
del que era miembro fundador y habitual colaborador,
a la conocida escritora catalana Maria Aurèlia
Capmany, en la que en duros términos refutaba
el contenido del libro "Lo que queda de España".
Jiménez Losantos envió un largo escrito
a "Andalán" para descalificarme.
Entre otras cosas escribió: "¿Cómo
puede ser aragonés alguien que habla catalán?"
(nací en Zaidín de Cinca, pueblo de
habla catalana con el que siempre me he sentido muy
identificado, y mi lengua materna es el catalán).
Per cert, senyor Losantos: si
una persona nascuda a Saidí de Cinca i que parla
català no és aragonesa, aleshores ha de
ser catalana. O no?
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