Logo Contrastant.net
Digues la teva
Home Correu
 
 



© Magma3
 
17 de novembre de 2004
Novetats  
   
Dossier de premsa: els editorials sobre la proposta de Batasuna
   
diversos diaris
 

1. DIARIO VASCO (15-XI-04)

Sin desmarque de ETA

El acto político convocado ayer por la ilegalizada Batasuna en el Velódromo donostiarra de Anoeta confirmó que la izquierda abertzale sigue soslayando todavía el inequívoco emplazamiento de la sociedad democrática para que se desmarque de la estrategia violenta de ETA. Con la utilización de un lenguaje medido y con cierta apariencia de novedad, Batasuna sí consiguió ayer un primer objetivo, que probablemente pretendía con la presentación de su propuesta: el de hacerse con un cierto hueco de protagonismo en el debate político que se desarrolla en Euskadi.
El trasfondo de su propuesta tiene semejanzas notables con conceptos reiterados por el proyecto del Lehendakari Ibarretxe, como la "consulta popular" o la "ausencia de violencia", evocando al mismo tiempo buena parte de los argumentos que ya aparecían recogidos en la Declaración de Estella, suscrita en setiembre del 98, entre otras formaciones políticas, por PNV, EA, EB-IU y la propia Euskal Herritarrok. No obstante, el mismo atentado perpetrado la víspera contra las instalaciones militares en Belagua viene a poner de manifiesto algo fundamental: que ni ETA parece estar dispuesta a poner fin a su estrategia violenta, ni la izquierda abertzale a exigírselo. Y en esas condiciones, parece imposible imaginar que pueda ser planteable, tal y como ayer propuso Batasuna, la apertura de un proceso de diálogo y negociación multilateral, sin que esté garantizado un cese previo de la violencia por parte de ETA.
Las modulaciones que los dirigentes de Batasuna han introducido en su propuesta, conocida ayer en Anoeta, quizás les sirvan para evitar riesgos de disidencia interna. Pero mientras el terrorismo de ETA no desaparezca, la posición de la izquierda abertzale estará tan supeditada a su dictado como lo ha estado hasta la fecha. De ahí que su disposición a "abrir la puerta al diálogo entre todos" no sólo carezca de una credibilidad democrática mínimamente exigible, sino que en realidad supone mantener la tutela de una organización terrorista sobre el proceso de diálogo y negociación política que Batasuna propone abrir. Porque un "diálogo multilateral" sometido a la coacción y al amenazante control de ETA ni puede ser calificado como tal ni puede desembocar en otro escenario que el que ETA desearía para justificar su propia existencia.
Las alocuciones del Velódromo de Anoeta quizás hubiesen significado algo más que el reflejo de la impotencia de Batasuna si se hubiesen producido hace dos décadas. Pero durante todo este tiempo la sociedad ha sufrido demasiados desgarros a manos del terrorismo, ETA ha cometido demasiados crímenes, y la izquierda abertzale ha secundado con demasiado cinismo y crueldad el dolor causado como para que la ciudadanía pueda depositar sus anhelos de paz en la propuesta expuesta ayer en Anoeta. Los siete compromisos asumidos por Batasuna de cara a la eventual apertura de "un proceso de diálogo para la resolución del conflicto" escasa credibilidad podrán tener si no media un cese previo de la violencia por parte de ETA, o si la propia Batasuna no es capaz de comprometerse activamente en su consecución. La propuesta formulada por Batasuna es posible que esté interiorizada en el seno de la propia izquierda abertzale como un paso adelante de una gran trascendencia. Pero en la medida en la que ETA siga sin desaparecer de la escena, sería temerario suponer que Batasuna ya ha cumplido con un deber insoslayable para cualquier formación política en un sistema democrático, que no es otro, que el de desmarcarse de la violencia terrorista.

2. DEIA (15-XI-04)

Vías políticas y compromisos

QUIENES PONÍAN COMO CONDICIÓN ineludible que Batasuna exigiera a ETA el abandono de las armas ya tienen el argumento que querían para descalificar la propuesta hecha pública ayer por el sector mayoritario de la izquierda abertzale. Efectivamente Batasuna no exigió explícitamente a ETA que abandone las armas, ni condenó su violencia. No lo hizo ayer y no lo hará nunca por razones que no es necesario explicar a aquellos que establecen esta condena como condición sine qua non previa a cualquier otro planteamiento. Pero conviene leer con atención el siempre alambicado lenguaje que emplea la izquierda abertzale cuando se refiere a ETA y extraer las conclusiones pertinentes. Por ejemplo cuando Batasuna 'emplaza' en su documento a todos los agentes sociales a cumplir los siete compromisos que plantea. Entre otros a 'respetar la voluntad de todos los ciudadanos vascos formalizando una consulta en condiciones pacíficas y democráticas', o a dirimir las diferencias también 'de forma pacífica y democrática'. Parece evidente que en este país es ETA el único
destinatario de la exigencia del empleo de métodos pacíficos y democráticos.
EL PLANTEAMIENTO DEL DOBLE acuerdo según el cual correspondería a los partidos políticos la discusión política mientraS que ETA se limitaría a tratar con los Estados español y francés lo que Batasuna define como 'desmilitarización del conflicto', supone un avance indiscutible sobre la vieja aspiración de ETA de negociar de igual a igual con el Ejército español la independencia de Euskadi y es, sin duda, el reconocimiento explícito de algo que el resto de los partidos ha venido planteando durante todos estos años, es decir, que ETA sólo se representa a sí misma y que corresponde a los partidos la representación del poder popular y, por lo tanto, el ejercicio de la política. No hay razones para precipitarse a echar las campanas al vuelo, pero sería un grave error que esta iniciativa cayera en saco roto sin al menos dar a la izquierda abertzale la oportunidad de que demuestre con los hechos que sus palabras de ayer son sinceras. Es muy difícil para los unos y para los otros superar la inercia de tantos años pero el objetivo de la paz merece el esfuerzo.

3. EL CORREO DIGITAL (15-XI-04)

Discurso de continuidad

El acto convocado ayer por la ilegalizada Batasuna acabó confirmando la mezcla de cerrazón y de incapacidad con la que la izquierda abertzale sigue soslayando el inequívoco emplazamiento de la sociedad democrática. Con la utilización de un lenguaje con apariencias de novedad, Batasuna no persigue otro objetivo que el de hacerse con algún hueco en el debate político que se desarrolla en el País Vasco. De ahí que se arrime al cobijo de conceptos tan reiterados por el lehendakari Ibarretxe, como la 'consulta popular' o la 'ausencia de violencia', evocando de paso argumentos que ya se esgrimieran en el fracasado Pacto de Estella. Pero el atentado perpetrado la víspera contra las instalaciones militares de Belagua, en Navarra, vino a recordarnos lo fundamental: que ni ETA está dispuesta a poner fin a su macabra trayectoria, ni la izquierda abertzale a exigírselo. A estas alturas, todo lo demás resulta poco menos que irrelevante.
Las modulaciones que los dirigentes radicales han introducido en su mensaje de siempre quizá les sirvan para evitar riesgos de disidencia interna. Pero mientras el terrorismo de ETA no desaparezca, la posición de la izquierda abertzale estará tan supeditada a su dictado como lo ha estado hasta la fecha. De ahí que su disposición a "abrir la puerta al diálogo entre todos" no sólo carezca de la más mínima credibilidad democrática, sino que en realidad representa una nueva versión del chantaje con el que pretenden violentar la voluntad de los vascos y la del conjunto de los españoles. Porque un "diálogo multipartito" sometido a la coacción y al amenazante control de una banda terrorista ni puede ser calificado como tal ni puede desembocar en otro escenario que el que ETA desearía para justificar su ignominioso pasado y asegurarse su continuidad futura.
Las alocuciones del velódromo de Anoeta quizá hubiesen significado algo más que el reflejo de la impotencia de Batasuna si se hubiesen producido hace dos décadas. Pero el País Vasco y España han sufrido demasiados desgarros a manos del terrorismo, la banda asesina ha cometido demasiados crímenes y la izquierda abertzale ha secundado con demasiado cinismo y crueldad el dolor causado como para que ahora la ciudadanía deposite sus anhelos de paz en la agenda avanzada por Arnaldo Otegi. Por el contrario, si alguna esperanza ofreció ayer el acto protagonizado por Batasuna se debió a la constatación de su debilidad; a la comprobación de que la sociedad democrática está hoy más cerca de liberarse definitivamente del terrorismo etarra y de los discursos que han venido justificándolo al amparo de la libertad. Precisamente por ello, sería torpe y temerario que significados representantes públicos o líderes de opinión se dejasen llevar por el enredo urdido en el velódromo de Anoeta, brindando a sus artífices el resuello que precisan para soslayar por el momento la exigencia de la democracia para con los liberticidas: que sólo la condena del terror les permitirá regresar a la legalidad.


4. EL PAIS (15-XI-04)

El dilema de Otegi

La propuesta presentada ayer por Batasuna va dirigida a su propia clientela política. Sustancialmente es un intento de mantenerse en candelero pese a la aparente proximidad de la derrota de ETA. En ocasiones similares (tras las caídas de Bidart o después de Ermua) iniciativas exteriores justificadas con el argumento de que había que acelerar el desenlace mediante alguna forma de negociación sirvieron para que la banda encontrase nuevos motivos para su permanencia. Lo que ayer presentó Otegi es una propuesta de negociación, con algunas variantes respecto a otras anteriores, pero que en lo fundamental mantiene la lógica de que la paz exige pagar un precio político: algo que los dos partidos mayoritarios se comprometieron a no hacer en el Pacto antiterrorista.
Ilegalizada, Batasuna está en peligro de extinción. Las oportunidades que tuvo para evitar ese destino, desmarcándose de ETA, las despreció. Su dilema es que por una parte no quiere desvincularse de ETA porque sabe que su protagonismo residual -la expectación que despiertan actos como el de ayer- depende precisamente de su proximidad a la banda; pero ahora sabe también que esa proximidad le lleva a la marginalidad por la vía de la Ley de Partidos. Es probable que Otegi desee sinceramente que ETA se eclipse, pero no se atreve, o no quiere, decir a quien sea que hoy dirija el tinglado que lo suyo se ha acabado. Y ETA misma expresa su escasa voluntad de irse al colocar dos bombas en un refugio militar la víspera del gran día.
El compromiso de Batasuna de utilizar "vías exclusivamente políticas y democráticas" repite el firmado en el Pacto de legislatura de 1999 al respaldar con el Gobierno de Ibarretxe al amparo del acuerdo de Lizarra. Pero ese compromiso fue compatible con el auge del terrorismo callejero y no impidió la ruptura de la tregua por ETA, que en un año asesinó a casi el mismo número de personas (23) que en los cuatro años anteriores (24).
Es contradictorio felicitarse por la debilidad y casi derrota política de ETA y rechazar las medidas que lo han hecho posible: la eficacia policial y la ilegalización judicial (más el Pacto Antiterrorista). Los motivos para la ilegalización fueron que un Estado democrático no puede admitir bajo su legalidad, y financiar con fondos públicos, a un partido que forma parte de un entramado que considera legítimo matar a los candidatos y representantes de los demás partidos. No se trata sólo, por tanto, de condenar o de pedir una tregua; pero es significativo que hasta a eso se negara ayer Batasuna, pese a las reiteradas peticiones en tal sentido, en particular de las formaciones nacionalistas.
No se ve la necesidad de modificar la política antiterrorista. Si ETA está dispuesta a abandonar el terrorismo, que lo diga; y si Otegi quiere que se le tome en serio, que así lo exija públicamente a ETA

5. EL MUNDO (15-XI-04)

Y la montaña volvió a parir... la serpiente de siempre

Los dirigentes de Batasuna habían creado grandes expectativas sobre el documento hecho público ayer por la tarde en Anoeta. Digamos de entrada que su propuesta no aporta nada nuevo ni abre la más mínima esperanza de que la izquierda abertzale deje de apoyar a ETA y se integre en un proceso democrático.
En síntesis, la ilegalizada Batasuna propugna la creación de una mesa de negociación, integrada por los partidos políticos vascos, para elaborar un nuevo marco jurídico al margen de la Constitución. Este marco debería ser consultado a los ciudadanos vascos de "forma pacífica y democrática".
En paralelo, Batasuna defiende una negociación de igual a igual del Estado español y del francés con ETA para tratar de la "desmilitarización del conflicto, los deportados, refugiados y víctimas".
Ambos planteamientos revelan que los líderes de Batasuna han perdido no ya sólo el más elemental sentido común sino que también viven en un mundo imaginario, sin ninguna conexión con la realidad.Pretender que los Gobiernos de Madrid y París se van a sentar en una mesa con los jefes de la banda terrorista para "desmilitarizar el conflicto" y liberar a los presos es sencillamente una locura, máxime tras los reveses sufridos por ETA.
Batasuna dice que quiere abrir un proceso en el que se escuche la voz de "todos los vascos", pero ni siquiera hace el gesto de desmarcarse de la violencia y de repudiar a ETA, como si fuera posible dialogar con las pistolas encima de la mesa.
La única interpretación posible al documento de la ilegalizada Batasuna es que sus dirigentes están desesperados y que intentan que el Gobierno de Zapatero se ablande y les facilite presentarse a las próximas elecciones autonómicas. Necesitan un protagonismo político que han perdido y la financiación del Parlamento vasco.Pero Otegi y los suyos sólo ofrecen "un ramo de olivo", sin ni siquiera desmarcarse de los métodos violentos que han exaltado hasta hoy.
Al menos, ETA concedió una tregua en 1998, cuando sus portavoces llegaron a afirmar en la BBC que serían la última generación en utilizar las armas. Mayor Oreja calificó aquel gesto de "tregua trampa" y acertó porque la banda aprovechó aquel periodo para rearmarse y reconstituir su estructura. Luego volvieron a matar con más saña que nunca.

6. EL PERIODICO DE CATALUNYA (15-XI-04)

La proposta de Batasuna

Alguna cosa es mou en el món de l'anomenada esquerra abertzale i seria poc intel.ligent no valorar el pas fet per Batasuna --organització il.legalitzada, recordem-ho-- en la declaració feta pública ahir en un multitudinari acte polític a Sant Sebastià. La coalició liderada per Arnaldo Otegi sembla haver entès que la patent debilitat d'ETA, per un costat, i el clamor contra el terrorisme al si de la societat basca, per un altre, aconsellen buscar alguna sortida --fer un "salt qualitatiu", en el seu peculiar argot-- que no relegui Batasuna al trist paper de comparsa política dels violents. Per això ahir es van comprometre a prendre "les mesures necessàries" per arribar a una consulta als bascos "en condicions pacífiques i democràtiques".
Com calia esperar, els líders de Batasuna no van arribar a condemnar el terrorisme i van mantenir el llenguatge habitual, segons el qual s'ha de "desmilitaritzar el conflicte". Tot i això, seria bo que les forces democràtiques analitzessin amb cautela el contingut de la proposta de Batasuna abans de mantenir l'actual política de duresa. Perquè la pacificació d'Euskadi passa també per donar un paper en el joc polític a l'obstinada esquerra que representa Otegi.

L'esquerra abertzale ha pres una iniciativa que hauria de ser l'antesala d'una treva per part d'ETA

7. LA VANGUARDIA (16-XI-04)

La paz de Batasuna

El compromiso asumido públicamente por Batasuna de utilizar a partir de ahora "sólo vías políticas y democráticas", de definir "la paz como la prioridad" y de "sacar el conflicto de las calles y llevarlo a la mesa de negociación y diálogo" debe ser leído con cautela. No debe extrañar que gran parte de la sociedad vasca, y sobre todo de la española, vea todavía a Arnaldo Otegi y a sus colegas como lobos con piel de cordero,sobre todo cuando el domingo, en el mitin de Anoeta en el que se hicieron esos planteamientos, se oyeron gritos y se repartieron planfletos a favor de ETA.
El hecho de que el giro de Batasuna se produzca cuando la organización está ahogada económicamente y cuando ETA parece muy cerca de su derrota, gracias al éxito de la lucha antiterrorista, exige que sus compromisos deban ser más contundentes para ser creíbles. De entrada, para ser tomada en serio, Batasuna debería convertirse, de forma clara y firme, en abanderada del cese de la actividad terrorista de ETA y habría de mover las fichas que fueran necesarias para lograrlo. Sólo así ese primer paso podrá convertirse, realmente, en el inicio del camino hacia la paz en Euskadi.

 

8. AVUI (16-XI-04)

Batasuna pren una certa iniciativa

Quan ETA va decidir trencar la treva que ella mateixa havia decretat per possibilitar el denominat pacte de Lizarra, el paper de Batasuna va quedar profundament qüestionat. Molts observadors havien vist en el seu portaveu, Arnaldo Otegi, paralel·lismes evidents amb Gerry Adams, líder d'un Sinn Féin que va prendre la iniciativa estrictament política en el procés de pau nord-irlandès, en detriment del protagonisme militar de l'IRA. S'equivocaven. Una vegada ETA va tornar a matar, Otegi i tot Batasuna van demostrar que no havien estat més que una simple corretja de transmissió. En acceptar el nou gir de l'organització terrorista sense cap discrepància pública, van quedar en profunda evidència davant els partits, els sindicats i les altres associacions basques que havien signat el pacte de Lizarra. Tot el nacionalisme basc se'n va ressentir.
Vist amb una certa perspectiva, el paper de Batasuna en tot aquell procés encara resulta ara més qüestionable. Quan ETA va decretar la treva, es va desplegar pels carrers d'Euskadi la denominada kale borroka, una violència paraterrorista que es va instigar i impulsar en part des d'alguns locals de la mateixa Batasuna. Una altra violència de baixa intensitat va substituir la que ETA havia perpetrat directament fins aquell moment. I en aquella altra violència els dirigents abertzales van tenir una responsabilitat per activa o per passiva, seguint les instruccions de la cúpula de l'organiztació terrorista.
Mesos després el govern de José María Aznar va decidir il·legalitzar l'organització bàsica de la denominada esquerra abertzale. Va ser una decisió qüestionable democràticament. Encara ara ho és. Representa una anomalia en el sistema. Una part quantitativament important de la societat basca s'ha quedat sense representació institucional i no té cap possibilitat de triar la seva opció política en unes eleccions democràtiques. Però aquesta distorsió democràtica ha tingut uns resultats positius en la lluita antiterrorista immediata. Batasuna -i tot l'entorn etarra- ha anat debilitant-se, al mateix temps que perdia força la mateixa acció terrorista després de cada nou cop policial. Aquests cops han anat succeint-se en intensitat i en eficàcia gràcies a la col·laboració decidida del govern i la policia francesos.
A les portes d'unes noves eleccions al Parlament basc, Batasuna no pot permetre's la marginació política absoluta. I aquesta evidència se li fa encara més dura quan el denominat braç polític d'ETA constata que la mateixa organització terrorista viu els pitjors moments de la seva història. Al mateix temps, en un dels àmbits més fràgils per a tota l'estructura etarra -el denominat front penitenciari- comencen a aflorar veus discrepants que demanen el final de la violència. En aquest context, Batasuna havia anunciat un gran "gir" que el seu portaveu havia de fer públic diumenge passat. La declaració que Arnaldo Otegi va llegir en un acte que va aplegar milers de persones no ha significat cap sorpresa. Batasuna no ha exigit a ETA el final de la violència, però ha pres una certa iniciativa -una iniciativa limitada- que torna a proposar la negociació política com a única via per superar "el conflicte del nostre poble".
La declaració de Batasuna implica dues novetats importants. En primer lloc, el partit abertzale accepta que en el diàleg que proposa hi ha de ser totohom, fins i tot els considerats "enemics", i que en aquest procés haurà de fer "concessions". En segon lloc, ETA quedaria reclosa a un altre "espai d'acord" en el qual els seus dirigents i els governs espanyol i francès només haurien d'abordar la "desmilitarització del conflicte, els presos deportats, els refugiats i les víctimes". És a dir, l'organització terrorista renunciaria a protagonitzar qualsevol diàleg polític, que quedaria reservat a la mateixa Batasuna.
Des del punt de vista del món que es mou a l'entorn d'ETA el gest és important. Tot i que, des de fora, es relativitzi molt perquè en l'actual situació l'organització terrorista ja no té cap marge més enllà de l'alto el foc indefinit. La declaració de Batasuna arriba tard i no pot suscitar cap esperança. ETA va perdre qualsevol hipotètica credibilitat quan va trencar la treva, i Batasuna, quan no s'hi va oposar. Però, en tot cas, cal reconèixer també que el gest implica la constatació d'un fracàs. La proposta no tindrà com a efecte la debilitat d'ETA, però n'és una conseqüència. I això obre noves possibilitats...

9. EL PUNT (16-XI-04)

Batasuna mou peça en l'escenari basc

Alguna cosa es torna a moure al País Basc. L'acte multitudinari celebrat diumenge passat al velòdrom d'Anoeta de Sant Sebastià, en què Batasuna va fer públiques les seves propostes, va ser la culminació de tot un seguit de fets que d'alguna manera indiquen moviments i gestos encaminats a desencallar l'enquistat procés de pau. Des de la caiguda de l'última cúpula directiva d'ETA liderada per Mikel Antza i el degoteig constant de detencions de suposats col·laboradors les posicions polítiques també han variat, fins i tot s'ha fet pública una carta d'històrics dirigents etarres que accepten que havia arribat l'hora d'avançar per la via política. El lehendakari Ibarretxe va afirmar davant el Rei que somiava que Batasuna tornés a participar de les institucions democràtiques; els dirigents socialistes bascos del sector més nacionalista proposen un apropament dels presos al País Basc; el mateix govern estatal no va posar impediments al multitudinari acte batasuner -encara que després els sectors més dretans del poder judicial ja s'han mogut-... molta coincidència d'accions i molts moviments en pocs dies.
L'acte de Batasuna, en aquest aspecte agafa una importància especial. Hi ha diversos motius perquè sigui així. D'una banda perquè la il·legalitzada Batasuna ha fet un pas endavant, discret però significatiu, cuidant el llenguatge i assumint una iniciativa política que s'avança a la posició que pugui prendre ETA. És cert que Arnaldo Otegi no va condemnar explícitament la violència d'ETA, tal com li exigeixen els partits estatals, però si alguna cosa va quedar clara després de l'11-M és que el líder de Batasuna té molt bona informació del que passa dins l'organització terrorista. Ell va ser el primer que va dir que ETA no tenia res a veure amb els atemptats de Madrid, i ara d'alguna manera anticipa que hi haurà un posicionament més polític en la línia de la famosa carta de Pakito. S'ha d'aprofitar l'ocasió per reprendre el procés de pau, l'únic possible.

10. EL PERIODICO DE CATALUNYA (16-XI-04)

Cautela davant Batasuna

Amb escassos matisos, la reacció dels partits democràtics davant la declaració política de Batasuna de diumenge passat ha estat totalment cauta. La proposta de la il.legalitzada coalició d'avançar per vies "democràtiques i pacífiques" i deixar per a ETA només la negociació sobre els presos, els refugiats i el seu arsenal, ha estat acollida com un pas insuficient que no mereix cap resposta política fins que no vagi acompanyada d'una condemna formal del terrorisme.
Està justificada la desconfiança en els que han parlat tantes vegades de diàleg mentre aplaudien els assassins. I també que els gestos de Batasuna en la direcció d'acceptar el joc democràtic no portin encara contraofertes de res --com la d'admetre que concorri en unes eleccions-- fins que no arribi la seva declaració sense ambigüitats contra la violència. Però s'hauria de començar a fer Política, amb majúscules, perquè els signes que alguna cosa es mou en el món d'ETA i Batasuna són molt clars, encara que únicament sigui per desmoralització davant dels èxits policials. En aquest context, la fermesa és compatible amb ajudar-los a obrir la porta de sortida que insinuen buscar. Insistim-hi: fermesa i política.

Tot i que Batasuna vengui la seva claudicació com una victòria, cal ajudar-la a concretar-ho en alguna cosa.