Logo Contrastant.net
Digues la teva
Home Correu
 
 



© Magma3
 
29 de febrer
Novetats  
   
«Los medios de comunicación van confluyendo en torno a la razón de Estado»
  ENTREVISTA Lluís CATALÀ | Professor de la Universitat d'Alacant
Mirari ISASI
  Gara
   
 

Lluís Catalá es profesor de la Universitat d'Alacant y la elaboración de su tesis sobre el nacionalismo le ha llevado a analizar el tratamiento del conflicto político en los medios de comunicación. Tras estudiar los diarios "Abc" y "El País", desde 1977 hasta la actualidad, llega a la conclusión de que se da «un exceso informativo» y «una clara manipulación» en torno a Euskal Herria.

¿Cuál ha sido el eje del seminario que ha impartido en la Universitat Catalana d''Estiu?

Hacer un seguimiento de los artículos de opinión desde 1977 hasta la actualidad sobre el conflicto vasco. Nos hemos centrado en "El País" y "Abc", y un poco en "El Mundo", porque era interesante ver cuál es la visión que se tiene en el centro. El eje central del seminario es que en la etapa más virulenta del conflicto, que eran los años 70 y 80, el conflicto vasco no era apenas noticia y actualmente, cuando se producen menos muertes ­en el último quinquenio una media de nueve muertos­ hay entre cuatro y diez páginas diarias. Eso al margen de la manipulación de querer vincular siempre proyectos alternativos al modelo de Estado actual con estrategias violentas.

¿Por qué eligió esos medios?

Son los que más me interesaban, porque uno siempre ha representado el progresismo y el otro al sector más conservador. Es un trabajo que queremos ampliar. Hasta ahora nos habíamos fijado en artículos de opinión de fechas clave, pero el objetivo es hacer un barrido desde 1977 al 2001 absolutamente de todos los meses y ampliarlo a otros medios. En el seminario se planteó también ampliarlo a "La Vanguardia" y "El Periódico de Cataluña", porque los participantes mantenían, aunque yo no lo tengo tan claro, que tienen más respeto hacia el movimiento soberanista o de autodeterminación.

¿Qué respuesta ha obtenido?

Las aulas estaban llenas y hubo mucho debate. Había caras de sorpresa, vieron ciertos datos que les sorprendieron bastante y hubo un debate entre interesado e indignado. Muchas de las cosas que vieron, que eran fotocopias de periódicos, les indignaron.

¿Cuáles son las conclusiones del estudio realizado?

En el caso de "Abc", como siempre habla claro y no tiene ningún miedo a decir quiénes son, marca la pauta informativa de todo lo que va a suceder después. "El País", que es tan sutil, va un poco a remolque de lo que dice "Abc". Lo que "Abc" expresaba en sus artículos de opinión en el año 94 es lo que "El País" ha dicho en el 98 o el 99. Aparte de la tendencia inflacionista en cuanto a número de reportajes y artículos de opinión sobre el conflicto, está la creciente manipulación.

¿En qué sentido se da esa manipulación?

En 1994 vimos algún artículo en "El País" donde todavía se denunciaban excesos policiales o se debatía sobre la conveniencia de plantear un proceso de autodeterminación, se permitía esa licencia, pero eso ahora ya no existe. En el 97, el caso Elejalde es un claro caso de cerrar filas a favor de la estrategia policial. Fue paradigmático, porque hubo dos equipos médicos que le atendieron el día de la detención y dos días después y presentaron dos partes muy diferentes. El primero de contusiones y el segundo con perforación de tímpano y cuatro vértebras rotas, y la Policía transmitió que fue un atropello casual. "El País", conociendo los testimonios de los dos equipos, transmitió sólo la versión policial. Eso cada vez se da más. Siempre se intenta hacer del nacionalismo una misma cosa, aunque haya estrategias muy diferentes, para vincularlo a estrategias violentas, porque quieren mostrar que la autodeterminación y el proceso soberanista siempre van ligados a una escalada de violencia.

¿Por qué se produce este exceso de información?

El "Abc" siempre va por delante marcando la pauta, pero ha ocurrido en los dos. Han confluido varias cosas. Por ejemplo, la cancha que se le dio a la campaña del lazo azul fue bastante determinante. Cuando hay una iconografía clara, es más fácil generar un movimiento de identificación y aquello fue paradigmático. Además, la llegada del PP al Gobierno español también fue clave, porque ya controlaban todos los resortes del Estado y podían mover toda su maquinaria para que el tema adquiriera esa centralidad. Cuando en las encuestas del CIS se pregunta por los principales problemas, hasta el año 2000 no ha sido el terrorismo el principal problema y fue en el año 2000, cuando menos problema es, porque se producen menos muertes, cuando ha figurado como problema central. Y en torno el resto de problemas ­el paro o cuestiones sociales como las pensiones­ hay un pacto de silencio para que eso no sea noticia. Los accidentes laborales implican unas mil víctimas por año y son silenciados.

¿A qué se debe esa coincidencia en lo que respecta al tratamiento del conflicto político?

Van confluyendo las ideas en torno a la razón de Estado. Las cuatro patas ­medios de comunicación y poderes económico, político y judicial­ confluyen en torno al pensamiento único.

A los medios de comunicación se les acusa a veces de marcar las actuaciones de políticos, policías y jueces. ¿Qué opina?

Yo diría que se retroalimentan. Los medios de comunicación, quienes firmas los artículos, son el verdadero altavoz, los que marcan la pauta.

¿Cree que los medios podrían jugar otro papel en la resolución del conflicto político?

Después de la victoria del PNV, de toda esa campaña de hostigamiento que se dio en los medios de comunicación estatales, Juan Luis Cebrián escribió en "El País" un artículo de lo más cínico diciendo, cuando es uno de los que orquestan toda esa estrategia, que no se podía hacer una campaña de ese tipo y que los medios de comunicación no debían tomar partido e implicarse tanto. Tiran la piedra y esconden la mano. Ahora se abre un nuevo período de incertidumbre, porque PP, PSOE y los medios de comunicación se han dado cuenta de que se han equivocado, y llega la hora de guardar las armas. Siguen parecido, pero ya no están tan envalentonados, porque no ha sucedido lo que esperaban. Podrían jugar un papel en la resolución del conflicto si al Estado y a todos sus poderes les interesara, pero eso hoy es prácticamente impensable.