Segunda Parte
Apartado 5º:
Un compromiso democrático con
la voluntad de la sociedad vasca: un nuevo pacto político
para la convivencia
1.- La sociedad vasca está esperando
soluciones
La sociedad vasca está expectante. Nos está
mirando. Está esperando de sus representantes
políticos soluciones. El Lehendakari y su Gobierno
no estamos dispuestos a defraudar esa esperanza.
No nos resignamos al callejón sin
salida que presenta ETA. Un camino de odio y de frustración.
Un camino hacia ningún sitio. Tampoco nos resignamos
al inmovilismo, al bloqueo y a la negativa permanente
de soluciones que plantea el Partido Popular y el Partido
Socialista Obrero Español. Porque es un camino
que no nos acerca a la paz y nos conduce a la crispación
social.
La sociedad vasca no desea reproducir debates
estériles sobre el pasado y tampoco desea verse
arrastrada a un escenario permanente de confrontación
y de división social.
La sociedad vasca está harta de
la violencia. Está harta de imposiciones y chantajes.
Está harta de mensajes negativos.
No es cierto que seamos una "sociedad
inmadura", como alguien nos calificó
con rencor después de las pasadas elecciones.
Somos un Pueblo sensato y milenario que tiene mayoría
de edad suficiente para ser dueño de su propio
destino.
La sociedad vasca quiere soluciones. Quiere
mirar al futuro sin renunciar al pasado. Quiere avanzar.
La necesidad de un nuevo Pacto Político
con el Estado como clave de un proyecto de solución
Para dar respuesta a esta esperanza, es
preciso articular un nuevo pacto político que
adecue nuestro marco de autogobierno a los deseos mayoritarios
de la sociedad vasca actual, utilizando los instrumentos
y las potencialidades que contempla el propio Estatuto
de Gernika.
Esta es la apuesta estratégica de
futuro y el proyecto de solución que, como Lehendakari,
quiero plantear a la sociedad vasca.
No se trata de renunciar al camino recorrido,
ni tampoco de minusvalorar el grado de bienestar alcanzado
gracias a la gestión eficaz de las competencias
asumidas a través del Estatuto vigente.
Se trata de construir un nuevo proyecto
de convivencia basado en la libre asociación
y en la soberanía compartida y no en la subordinación
y en la imposición de una determinada visión
del Estado, al margen de la voluntad del Pueblo Vasco.
Porque, como ya he trasladado públicamente
en esta Cámara, debemos admitir de una vez, que
el problema de normalización política
no estriba solamente en solventar quién tiene
que gestionar una u otra competencia. La solución
del problema de normalización política
estriba en asumir que el Pueblo Vasco no es una parte
subordinada del Estado, sino un Pueblo con identidad
propia, con capacidad para establecer su propio marco
de relaciones internas y para incorporarse por libre
asociación a un verdadero estado plurinacional.
A pesar de la sordina interesada que se
han puesto a determinadas decisiones democráticas
de la sociedad vasca, la terca realidad está
ahí, y mirar para otro lado no va a contribuir
a solucionar el problema histórico de normalización
política y de convivencia que seguimos sufriendo.
Y la terca realidad es que el Parlamento
Vasco, el 15 de febrero de 1990, por mayoría
absoluta de 38 votos, y sin contar con el apoyo de Herri
Batasuna, proclamó: "el Pueblo Vasco
tiene derecho a la autodeterminación. Este derecho
reside en la potestad de sus ciudadanos para decidir,
libre y democráticamente, su estatus político,
económico, social y cultural, bien dotándose
de un marco político propio o compartiendo, en
todo o en parte, su soberanía con otros Pueblos".
Y la terca realidad es que en las pasadas
elecciones autonómicas, en las que votaron 8
de cada 10 ciudadanas y ciudadanos de la Comunidad Autónoma
Vasca, la mayoría ratificó un programa
que defendía el derecho de la sociedad vasca
a ser consultada para decidir su propio futuro.
La realidad es que el Parlamento Vasco,
el pasado 12 de julio, aprobó desarrollar las
potencialidades del actual Estatuto e iniciar la elaboración
de un nuevo pacto político con el Estado que
responda a las aspiraciones mayoritarias de la sociedad
vasca, libre y democráticamente expresadas.
Esta es la realidad, y no encararla no
sólo es un ejercicio de irresponsabilidad política,
sino un fraude a los deseos y aspiraciones legítimas
de una mayoría social vasca que quiere avanzar
en un proyecto de solución y de convivencia.
Es preciso, por tanto, encarar la realidad
y plantear un nuevo pacto político que sea capaz
de recoger y asumir la voluntad democrática de
la sociedad vasca.
Como ustedes saben, en el Pleno celebrado
el pasado 25 de octubre, ya planteé la necesidad
de desarrollar las potencialidades del Estatuto para
lograr un nuevo pacto, un nuevo punto de encuentro para
la convivencia. Avancé los principios y las bases
del proyecto sobre las que, en mi opinión, debería
articularse este nuevo Pacto. Lo hice con un propuesta
abierta y como aportación para el debate que
se debería sustanciar en el seno de una Comisión
sobre Autogobierno constituida al efecto.
El resto ya lo conocen ustedes suficientemente,
porque han sido protagonistas directos del trabajo exhaustivo
de esa Comisión Parlamentaria a lo largo de seis
meses. Trabajos que dieron lugar a un dictamen aprobado
en el Pleno de la Cámara, el pasado 12 de julio,
que ratificó íntegramente las bases propuestas
el 25 de octubre de 2001.
A este respecto, deseo trasladar a la opinión
pública vasca y española que es voluntad
firme de este Lehendakari y de los tres partidos que
sustentan el Gobierno Vasco, el continuar avanzando
en este proyecto de solución. Vamos a llegar
hasta el final, porque estamos convencidos de que es
el camino que representa los deseos mayoritarios de
la sociedad vasca.
Las puertas del proceso van a estar permanentemente
abiertas a la participación de representantes
de todas las sensibilidades políticas existentes
en la sociedad vasca pero, anuncio desde ahora, que
no vamos a admitir derechos de veto que nos encadenen
al fondo del pozo.
Se hace camino al andar, y si tenemos que
iniciar el recorrido con nuestras propias fuerzas, así
lo haremos, porque consideramos que tenemos la fortaleza
política y la legitimidad social suficiente.
Al final será la propia sociedad vasca la que
ratifique, premie o castigue, la validez del resultado
alcanzado.
Quiero seguir impulsando, en primera persona,
este camino de solución. Para ello, en este Debate
de Política General deseo dar dos nuevos pasos
importantes.
En primer lugar, voy a clarificar el proyecto,
exponiendo el contenido de la propuesta de un nuevo
Pacto para la Convivencia.
En segundo lugar, voy a plantear los hitos
fundamentales del proceso a seguir para el desarrollo
y materialización del mismo.
2.- El proyecto: Un nuevo estatus de libre asociación
con el Estado español para una nueva etapa
2.1 Los Pilares:
El objetivo es alcanzar un pacto para la
convivencia basado en el reconocimiento del derecho
del Pueblo Vasco a ser consultado para decidir su propio
futuro. Este pacto se sustenta sobre tres pilares fundamentales:
a) El Pueblo Vasco es un Pueblo con
identidad propia
b) que tiene derecho a decidir
su propio futuro
c) desde el respeto a las decisiones
de los ciudadanos y ciudadanas de los diferentes ámbitos
jurídico-políticos en los que actualmente
se articula.
a) Un Pueblo con identidad propia
El Pueblo Vasco es un Pueblo con identidad
propia en el conjunto de los Pueblos de Europa. El Pueblo
Vasco es depositario de un patrimonio histórico,
social y cultural singular, que pertenece, sin que nadie
lo pueda monopolizar, a los ciudadanos y ciudadanas
de los territorios de Alava, Bizkaia, Gipuzkoa, Navarra,
Lapurdi, Zuberoa y Benafarroa, situados a ambos lados
de los Pirineos.
Este ámbito geográfico en
el que se ha asentado el Pueblo Vasco a lo largo de
la historia, ha sido conocido con diferentes denominaciones
de Vasconia, Reino de Navarra, Euskalherria, País
Vasco-Navarro, Euskadi o País Vasco.
El Pueblo Vasco, en la actualidad, se estructura
en tres realidades jurídico-administrativas y
en dos estados. Por un lado, la Comunidad Autónoma
Vasca -que integra a los Territorios Históricos
de Alava, Bizkaia y Gipuzkoa? y la Comunidad Foral de
Navarra, ambas ubicadas en el Estado español.
Y, por otro lado, los Territorios de Iparralde -Lapurdi,
Zuberoa y Benafarroa? ubicados en el Estado francés
y sin articulación política propia.
El Pueblo Vasco, a lo largo de su historia
no se ha configurado, ni podrá hacerlo nunca,
como una realidad excluyente -nadie ha estado ni está
excluido de pertenecer al mismo si así lo desea?,
sino como una realidad social viva, fruto de la autoidentificación
individual y voluntaria con un sentimiento de identidad
vasco que, además, en muchos casos, es compatible
con el sentimiento de pertenencia a otras realidades
nacionales o estatales.
Este sentimiento de pertenencia al Pueblo
Vasco va más allá de normas jurídicas
o de fronteras políticas. Porque los sentimientos
de identidad nacional no se pueden imponer ni se pueden
prohibir por decreto, ley o constitución alguna.
Hay que aceptar con toda naturalidad el que cada persona
pueda tener el sentimiento de pertenencia y de identidad
que desee, tal y como se recoge expresamente en la Carta
de los Derechos Humanos.
b)
Que tiene derecho a
decidir su propio futuro
El Pueblo Vasco tiene derecho a ser consultado
para decidir su propio futuro, tal y como este Parlamento
aprobó por mayoría absoluta en el año
90, y de conformidad con el derecho de autodeterminación
de los Pueblos, reconocido internacionalmente, entre
otros, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, y en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales que, en su
artículo 1º proclaman: "Todos los Pueblos
tienen el derecho de libre determinación, en
virtud de este derecho, establecen libremente su condición
política y proveen, asimismo, a su desarrollo
económico, social y cultural.
Estos pactos, además, han sido incorporados
al bloque de constitucionalidad del Estado español,
mediante instrumento de ratificación del 13 de
abril de 1977.
c)
Desde el respeto a las decisiones
de los ciudadanos y ciudadanas de los diferentes ámbitos
jurídico-políticos en los que actualmente
se articula.
El ejercicio del derecho a decidir su propio
futuro que le corresponde al Pueblo Vasco, se materializa
desde el escrupuloso respeto al derecho que tienen los
ciudadanos y ciudadanas de los diferentes ámbitos
jurídico-políticos en los que actualmente
se articula, a ser consultados para decidir su propio
futuro. Esto es, respetando la decisión de los
ciudadanos y ciudadanas de la Comunidad Autónoma
Vasca, la decisión de los ciudadanos y ciudadanas
de la Comunidad Foral de Navarra, así como la
decisión de los ciudadanos y ciudadanas de Iparralde,
tanto para establecer el vínculo de relaciones
internas que desean mantener entre sí mismos,
como el vínculo de relaciones que desean mantener
con los Estados en los que se ubican.
2.2 La Propuesta y su contenido
-
Desde el ámbito de decisión
que representamos como parte integrante del Pueblo Vasco,
es decir, desde la Comunidad Autónoma Vasca
-
En virtud de nuestra soberanía
originaria, reconocida en base a la vigencia y actualización
de nuestros derechos históricos preexistentes,
recogidos explícitamente en la Constitución
-
De conformidad con la Disposición
Adicional del Estatuto de Gernika y del Acuerdo del
Parlamento Vasco del 15 de febrero de 1990, por el que
se proclama el Derecho de Autodeterminación del
Pueblo Vasco
planteamos al Estado español un
nuevo Pacto Político para la convivencia, basado
en el reconocimiento de nuestra identidad nacional y
en la libre asociación a un estado plurinacional.
En definitiva, desde el ámbito de
representación de la Comunidad Autónoma
Vasca como parte integrante del Pueblo Vasco, y en desarrollo
de nuestra capacidad de decidir libre y democráticamente
nuestro propio futuro, planteamos una nueva etapa de
relación con el Estado español sobre la
base de un nuevo status de libre asociación.
El contenido del nuevo Pacto:
Sobre la base de partida de las potencialidades
del actual régimen de autonomía que establece
el Estatuto de Gernika, planteamos una profundización
de nuestro autogobierno en los siguientes términos:
1) El reconocimiento jurídico
de nuestra identidad nacional y el derecho a decidir
nuestro propio futuro.
El reconocimiento del derecho que tiene
el Pueblo Vasco a ser consultado para decidir su propio
futuro, esto es el marco de relaciones internas y externas
que desea tener, desde el respeto a la voluntad de los
distintos ámbitos territoriales y jurídico-políticos
en los que actualmente se articula.
Desde la Comunidad Autónoma Vasca,
y en el ámbito de decisión que representamos
como parte integrante del Pueblo Vasco, queremos articular
nuestro derecho a decidir nuestro propio futuro a través
del reconocimiento de la capacidad plena para regular
y gestionar la realización de consultas democráticas
a la sociedad vasca por vía de referéndum.
Asimismo, atendiendo a la plurinacionalidad
del Estado español, y de conformidad con el reconocimiento
de nacionalidad expresamente recogido en el Estatuto
de Gernika, planteamos que se reconozca, con toda naturalidad,
la nacionalidad vasca, a efectos jurídicos, políticos
y administrativos.
2) La libertad de relaciones entre los
Territorios de la Comunidad Autónoma Vasca y
la Comunidad Foral de Navarra.
Una libertad sustentada sobre el derecho
que les asiste a las ciudadanas y ciudadanos de los
Territorios de la CAV (Alava, Bizkaia y Gipuzkoa) y
a los de la Comunidad Foral de Navarra, a establecer
los vínculos políticos y las relaciones
internas que consideren más adecuados para su
desarrollo y bienestar político, social, económico
y cultural, sin más limitación que su
propia voluntad.
Quiero que quede claro de una vez por todas,
que sólo a las navarras y a los navarros les
corresponde decidir su propio futuro. Desde esta premisa
de respeto, no se pueden imponer ni impedir, por parte
de nadie, los cauces e instrumentos de relación
que decidan establecer libremente los propios ciudadanos
y ciudadanas de la Comunidad Autónoma Vasca y
de la Comunidad Foral de Navarra.
3) La capacidad de establecer relaciones
con los Territorios Vascos de Iparralde, ubicados en
el Estado francés
Planteamos profundizar el marco de relaciones
entre los Territorios vascos situados a ambos lado de
los Pirineos para estrechar los especiales lazos históricos,
sociales y culturales existentes con los Territorios
de Iparralde, ubicados en el Estado francés.
Para ello, se propone la utilización más
amplia y flexible de la normativa comunitaria y de los
tratados que posibilitan la cooperación transfronteriza
entre territorios pertenecientes a distintos estados
de la Unión Europea.
4) La configuración de un poder
judicial vasco autónomo
Un poder judicial que, junto con el poder
legislativo y ejecutivo, complete los tres poderes de
nuestro autogobierno. Esto supone disponer de un poder
judicial en el que se agoten todas las instancias judiciales
en Euskadi y la sustitución del Estado en la
Administración de justicia en nuestra Comunidad,
sin más limitación que la aplicación
de los mismos principios procesales y derechos fundamentales
que rigen en el Estado, y con el diseño de un
marco de coordinación y cooperación con
el ámbito estatal y europeo.
5) Garantizar la institucionalización
política de Euskadi
Lo que implica una autonomía plena
en el diseño de las propias instituciones de
autogobierno político. Ello afecta a la exclusividad
en la autoorganización, seguridad pública,
administración foral y local y derecho privado
en el ámbito de la vecindad, familia, relaciones
patrimoniales, empresa y sociedad civil.
6) Preservar nuestra identidad cultural
Desarrollando una política pública
autónoma que permita preservar las señas
de identidad cultural en todo el sistema de formación
y transmisión del conocimiento. Esto comporta
la competencia exclusiva en el ámbito de la cultura,
la lengua y la educación, y también la
competencia exclusiva en aspectos emblemáticos
tales como la representatividad internacional de las
manifestaciones culturales y de las selecciones nacionales
de las federaciones deportivas vascas, que así
lo deseen.
7) Desarrollar un ámbito sociolaboral,
económico y de protección social propio
A estos efectos, se contempla la gestión
autónoma de una política económica
propia, el sistema tributario y fiscal, y los sistemas
de relaciones laborales, así como los de previsión,
bienestar y seguridad social, estableciendo al efecto
los mecanismos de solidaridad y cooperación precisos
con el Estado y con Europa.
8) Garantizar la gestión de nuestros
recursos naturales e infraestructuras
Supone la exclusividad, en el territorio
vasco, de las actuaciones públicas para la sostenibilidad
medioambiental, el régimen del suelo, la titularidad
de los recursos naturales y de todas las infraestructuras
de comunicaciones.
9) El establecimiento de un sistema
bilateral de garantías con el Estado, que impida
la modificación unilateral del Pacto suscrito
Si estamos hablando de un Pacto y de un
modelo de cosoberanía libre y voluntariamente
compartida, es preciso establecer un régimen
de garantías mutuo que impida la restricción,
modificación o interpretación unilateral
del pacto suscrito.
A estos efectos, se podrán plantear
diversas fórmulas en función del tipo
y carácter de las competencias asumidas.
Para aquellas políticas públicas
en exclusividad, las normas jurídicas externas
que les afecten sólo podrán alcanzar su
efectividad plena en el ámbito del País
Vasco previa ratificación del Parlamento Vasco.
En el resto de materias será preciso
articular foros y normas de conciliación para
dirimir pacífica y democráticamente los
conflictos, en caso de desacuerdo.
10) La facultad de tener voz propia
en Europa y en el mundo
El Pueblo Vasco forma parte de Europa desde
los albores de la historia, y la Unión Europea
se configura hoy como un espacio en el que deben de
tomar cuerpo las futuras relaciones sociales, económicas,
políticas y culturales entre las instituciones
vascas y las instituciones españolas y europeas.
En el espacio europeo, afortunadamente,
están superados, social e intelectualmente, debates
aún pendientes de resolver en el Estado español.
Aspectos fundamentales y principios democráticos
tales como, la libre asociación, el derecho democrático
a decidir de los Pueblos, la soberanía compartida,
la cooperación transfronteriza o el respeto a
las identidades de las naciones sin estado, son asumidas
con toda la normalidad en el ámbito europeo y
deben marcar las pautas a seguir por el Estado español.
Las Instituciones de la Comunidad Autónoma
Vasca queremos tener una presencia directa en las Instituciones
europeas en defensa de nuestras competencias exclusivas
y en representación de nuestra propia identidad.
No planteamos nada que no esté previsto en el
Tratado de la Unión Europea, como así
lo atestigua la presencia y el protagonismo de numerosas
regiones y naciones, presidiendo, incluso, los Consejos.
En todo caso, y de cara a la reforma de
los tratados de la Unión para el año 2004,
queremos plantear nuestra relación con Europa,
a través de un "status de región
o nación asociada", como fórmula
avanzada de participación que en estos momentos
la propia Convención Europea está analizando.
En definitiva, planteamos que nuestra especificidad,
y la de otras naciones europeas, deben de tener una
referencia expresa en la nueva constitución europea.
Asimismo, y de conformidad con la aplicación
más amplia del derecho internacional, queremos
poder tener voz propia en el mundo y en los organismos
internacionales, así como la capacidad de firmar
tratados internacionales para promover nuestros intereses
económicos, culturales e institucionales, en
defensa de nuestra identidad como Pueblo.
2.3 Los Instrumentos:
Para una gran parte de los vascos, los
Fueros, los Derechos Históricos del Pueblo Vasco,
siguen siendo nuestra verdadera constitución.
En todo caso, si existe voluntad política,
si se quiere resolver el denominado problema vasco,
si se desea alumbrar un verdadero proyecto de normalización
política y de convivencia, existen procedimientos
e instrumentos en el actual ordenamiento jurídico
que se pueden utilizar perfectamente.
El procedimiento está previsto en el artículo
46 del Estatuto de Gernika, y los instrumentos son los
siguientes:
- La Disposición Adicional del Estatuto
de Gernika
"La aceptación del régimen
de autonomía que se establece en el presente
Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los
derechos que como tal le hubieran podido corresponder
en virtud de su historia, que podrán ser actualizados
de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico"
- La Disposición adicional primera
de la Constitución.
"La Constitución ampara
y respeta los derechos históricos de los territorios
forales. La actualización general de dicho régimen
foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco
de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía".
- La Disposición derogatoria segunda
de la Constitución.
"En tanto en cuanto pudieran conservar
alguna vigencia, se considera definitivamente derogado
el Real Decreto de 25 de octubre de 1839 en lo que pudiera
afectar a las provincias de Alava, Gipuzkoa y Bizkaia.
En los mismos términos se considerará
definitivamente derogada la Ley de 21 de julio de 1876".
-El pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, de 19 de diciembre de 1966.
Ratificado por el Reino de España,
mediante instrumento de ratificación de 13 de
abril de 1977 y publicado en el Boletín Oficial
del Estado número 103 de 30 de abril de 1997.
-El pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de 19 de diciembre de 1966.
Ratificado por el Reino de España,
mediante instrumento de ratificación de 13 de
abril de 1977 y publicado en el Boletín Oficial
del Estado número 103 de 30 de abril de 1997.
-La legitimidad democrática de la
voluntad de la sociedad vasca expresada mediante referéndum
y articulada a través de sus instituciones representativas.
Si reconocemos la existencia de un problema
político tenemos que encontrar una solución
política y pactada. No es verdad que tengamos
un problema jurídico, es un problema de voluntad
política y democrática.
El nuevo modelo de relación que
planteamos encaja perfectamente con una interpretación
abierta y flexible de la Constitución basada
en la plurinacionalidad del Estado, según defienden
expertos constitucionalistas españoles.
Es un modelo, además, que no pretende
ser privativo para Euskadi. Podría perfectamente
ser un modelo relacional para otros pueblos y nacionalidades
del Estado español, desde una concepción
del mismo como una estructura federal asimétrica,
defendida por destacables representantes del Partido
Socialista y, por supuesto, desde una concepción
de federalismo de libre asociación que defiende
Izquierda Unida.
Pero diré más, este modelo
de relación basado en la libre asociación
y en la soberanía compartida, es utilizado y
reconocido en el ámbito europeo y en el concierto
internacional. Este modelo está en la base de
la propia construcción de Europa e, incluso,
ha sido el fundamento de estados europeos y de otros
existentes en el mundo occidental.
Se trata, en definitiva, de una propuesta
que utiliza las bases jurídicas y políticas
que en Europa Occidental se han utilizado y se están
utilizando para resolver, pacífica y democráticamente,
los conflictos que se derivan de la existencia de hechos
nacionales diferenciados en el seno de un mismo estado
o de los conflictos de relación que surgen entre
hechos nacionales que atañen a diferentes estados.
Estamos ante uno de los grandes debates
que el mundo debe afrontar en el siglo XXI, esto es,
cómo dar encaje jurídico, social y político
a las realidades nacionales. Cómo respetar la
personalidad de las naciones que no son estado. Cómo
canalizar su presencia, sus derechos e inquietudes.
Cómo establecer un marco de relaciones ante un
nuevo orden mundial que no se puede basar en la eliminación
de las señas de identidad y en la imposición,
sino en el respeto y en la libre asociación.
Este es, también, nuestro reto y
nuestro desafío. De que seamos capaces de afrontarlo
por la vía del diálogo depende nuestra
convivencia futura.
3.- El proceso: Un camino que
culmina en el respeto a la voluntad democrática
de la sociedad vasca
3.1 Los Fundamentos
Quiero anunciar formalmente que este Debate
de Política General marca el inicio del camino
para culminar un nuevo pacto político para la
convivencia a través de un proceso abierto, flexible,
legal y democrático, que sea ratificado por la
sociedad vasca.
a) "Apertura".
El proceso no estará circunscrito
estrictamente al ámbito de representación
política, sino abierto a la participación
social. Este principio de apertura implica la no-exclusión,
esto es, la libre participación, de todas las
sensibilidades políticas y sociales presentes
en la sociedad vasca, que así lo deseen.
El proceso siempre estará abierto,
el principio de no-exclusión regirá en
todas sus fases, pero también va a funcionar
el principio de no-veto, no vamos a admitir la obstrucción
y el ejercicio del bloqueo.
b) "Flexibilidad".
El proceso se planteará en términos
de flexibilidad, sin prejuzgar el resultado final y
tomando en consideración las diferentes aportaciones
sociales y políticas que a lo largo de sus diferentes
fases se puedan incorporar.
c) "Legalidad".
Se atenderá a la vía procedimental
contemplada en las normas estatutarias y constitucionales
vigentes.
En particular, en la Comunidad Autónoma
Vasca se seguirá el procedimiento legal de reforma
contemplado en el artículo 46 del actual Estatuto
de Autonomía.
d) "Democracia".
La ratificación definitiva del proyecto
se realizará atendiendo a la mayoría democrática
de la sociedad vasca, mediante referéndum.
Esta ratificación definitiva deberá producirse
en las condiciones adecuadas para que la sociedad vasca
se pueda expresar en libertad en un escenario sin violencia
y sin exclusiones.
3.2 Las Fases
Una vez fijados los principios o fundamentos
que van a regir el desarrollo del proceso abierto, voy
a plantear las diferentes fases y compromisos que, en
mi opinión, deben marcar el camino a seguir para
su consecución.
Presentación y apertura del proceso:
Como he indicado, quiero anunciar formalmente
el inicio del proceso para alcanzar un nuevo pacto político
con el Estado. Este debate de Política General
marca oficialmente la apertura del proceso.
A este respecto, deseo adelantarles que
es mi intención iniciar a partir de la próxima
semana, encuentros bilaterales con todas las fuerzas
y sensibilidades políticas presentes en esta
Cámara, para invitarles personalmente a participar
en el proceso abierto y conocer su disposición
a trabajar o participar en su fase inicial o en fases
posteriores del mismo.
En esta primera fase, también procederé
a la explicación personal de las bases del proyecto
y del proceso a los representantes empresariales y sindicales
y a las organizaciones sociales y culturales vascas.
Participación social
Una vez realizada esta primera fase de
presentación bilateral a las formaciones políticas
y a los agentes económicos, sociales y culturales,
vamos a proceder a abrir el proceso de información
a la sociedad vasca. La sociedad vasca tiene derecho
a conocer, participar y opinar sobre las bases y los
principios de este proyecto de solución. Deseamos
recabar la opinión y aportaciones de la propia
sociedad para incorporarlas a nuestra propia reflexión.
Elaboración y presentación
de un borrador de texto articulado.
El Gobierno, en el ejercicio de su responsabilidad
y de las atribuciones que le reconoce el Estatuto de
Gernika, se compromete a elaborar y presentar, en el
plazo máximo de doce meses, un borrador de texto
articulado, elaborado a partir de las bases aprobadas
por esta Cámara y tomando en consideración
las aportaciones sociales y políticas que se
hayan producido a lo largo de este periodo.
Contraste político y social,
y negociación con el Estado.
A partir de este primer borrador se procederá
a abrir un nuevo proceso de contraste político
y social con el objetivo de proceder a la elaboración
de una propuesta definitiva.
Esta propuesta será objeto de información
y contraste con la sociedad vasca, de manera previa
a su remisión al Parlamento Vasco para su tramitación,
de conformidad con el procedimiento contemplado en el
Estatuto de Gernika, para abrir, a continuación,
los procedimientos pertinentes de negociación
y pacto con el Estado.
Ratificación en Referéndum.
Se procederá a la ratificación
definitiva en referéndum por parte de la sociedad
vasca del Pacto político alcanzado con el Estado
o, en su caso, del proyecto aprobado por el Parlamento
Vasco, en un escenario de ausencia de violencia y sin
exclusiones.
Final. Una iniciativa para la Convivencia
He presentado una iniciativa para la convivencia.
Hemos iniciado el proceso. Quiero ser muy claro y transmitir
a la sociedad vasca mi firme compromiso personal de
recorrer este camino. Sabemos que no va a resultar sencillo,
pero queremos reivindicar la esperanza. Queremos reivindicar
las soluciones. Queremos reivindicar el futuro.
No vamos a desmayar. Al contrario, vamos
a seguir avanzando. Vamos a seguir tomando la iniciativa
para plantear una solución democrática,
sin violencia y sin imposiciones. Una solución
basada en la libre asociación y en el derecho
de la sociedad vasca a decidir su propio futuro.
Hemos avanzado mucho en estos últimos
23 años. Entre todos, hemos conseguido construir
un país moderno y solidario. Una país
edificado ladrillo a ladrillo, día a día,
con la cultura del trabajo, del esfuerzo y de las cosas
bien hechas. Estas son las claves del éxito de
cualquier proyecto.
Hoy tenemos un país que crece económicamente,
que está entre los primeros del mundo en el índice
de desarrollo humano, que no deja en la cuneta a los
más desfavorecidos, que tiene unos servicios
educativos y sanitarios ejemplo de referencia de todo
Europa.
Hemos tirado del carro de este país
y lo vamos a seguir haciendo.
Vamos a edificar sobre lo ya construido.
Y lo vamos a hacer en la presente legislatura. No tenemos
derecho a retrasar por más tiempo la normalización
política. No tenemos derecho a trasladar a nuestros
hijos e hijas los viejos problemas de nuestra generación.
Tenemos que ser capaces de poner a la disposición
de la próxima generación un nuevo marco
para la convivencia.
Sabemos dónde queremos ir y tenemos
alternativa. Pero, lo que es más importante,
estamos convencidos de que contamos con el apoyo de
la sociedad vasca para conseguirlo.
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